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Pornografía y Bestialismo

La pornografía y sus derivados nos interesan desde que forman parte de aquello que provoca escozor en el pensamiento creyente generalizado. Nos agrada el sexo por mera satisfacción, sin fines procreativos; nos gusta el sexo fetichista, bestial y degenerado. Amamos la sodomía, la promiscuidad. Quisiéramos decirle a los religiosos cuánto nos excita la idea de ver a su Dios llorando sangre a causa de nuestros actos. Y, en parte, en esto se basa nuestra excitación.

​El bestialismo se entiende como toda aquella práctica sexual entre humanos y animales. Sin embargo, nosotros no vemos gran diferencia entre ambos conceptos, puesto que nos consideramos animales. En todo caso, para nosotros el bestialismo es sexo entre especies animales distintas.

Nosotros no estamos a favor del maltrato animal. De hecho, lo condenamos. Si usamos el concepto (especialmente en nuestra página de Gay Bestiality) es porque queremos tirar abajo esos tabúes.

Estamos a favor de personas que mantienen relaciones sexuales con sus mascotas, siempre y cuando estas no sean lastimadas de ninguna manera. Es decir que preferimos que el animal desempeñe el rol activo y en condiciones de extrema higiene (en la medida de lo posible, claro está).

La zoofilia es tan antigua como la humanidad misma. Encontramos referencias de esta actividad en la mitología griega y chilota, así como en ruinas de pompeya donde se encontró incluso una estatuilla del Dios Pan manteniendo relaciones sexuales con una cabra.

En la mitología griega; Pasífae, hija del Dios Helios, tuvo a bien conocer al toro de su amado Minos. La bestia provocó los celos de Pasífae cuando se decidió a montar a una vaca, quien entonces ideó un plan junto con su ama: contactarían a Dédalo, un carpintero. Éste les construyó una vaca de madera y la recubrieron con la piel de la vaca aquella, a la cual evidentemente mataron. Pasífae se introdujo en la vaca de madera y fué así penetrada y henchida de semen bovino.

Otra incidencia zoofílica en la mitología griega es el caso de Zeuz que, convertido en cisne, violó a la doncella Leda (hija del entonces rey de Esparta).

Al sur de Chile existe una leyenda que habla de un perro bello y fuerte, que espera a ser invocado por bellas mujeres para aparecer ante ellas y fornicarlas. Hablamos del Trehuaco.

Podemos apreciar aquí la opinión típica de un enajenado mediocre.

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